Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente, a las almas sensibles.
EDGAR ALLAN POE

viernes, 31 de julio de 2009

Consumación

La niña corrió desesperada por la senda que se tornaba aun mas larga
en el intento de huir mientras que tras el matorral que resguardaba todo lo extraño,
la bestia famélica asechaba sus pasos.

El cielo se tornaba mas lóbrego con el pasar del tiempo
junto al miedo reflejado en el inocente rostro de la muchacha que ya su destino presentía…

No pasó mas,
tan solo un grito a lo lejos,
tan solo la sangre bañando el verde pasto del camino,
camino que se deleitaba con el flujo que corría por las heridas
y con el crujir de los pequeños huesos de su presa.

En el suelo yacía su pequeño cuerpo
Y a un lado la pequeña caperuza roja que cubría su cabeza
Mimetizada en los charcos color carmesí.

Nadie la pudo salvar, nadie la oyó esta vez…

domingo, 19 de julio de 2009

El Grito. (historias para olvidar)

Tras la bruma de aquella noche, apenas se podía observar en las calles el transmutar de las almas y en la oscuridad escuchar el clamor de aquellos que ya habían perdido toda esperanza.
En la acera del frente un sujeto caminaba raudamente por un sendero algo opaco, como huyendo de algún espíritu maligno, con la mirada perdida y una palidez en su rostro poco habitual en las personas. Sus paso tambaleantes eran aun extraños para mi, no parecía estar con unas copas de mas, mas bien como si fuera que sus piernas hubieran estado atadas a algo varios días, pero que mas da, aquí afuera todo es extraño, afuera el frío no solo esta solo en las cosas y en el aire, sino también en las personas.
Después de un largo rato de silencio escuchè un grito aterrado en el callejón en donde colocaba la basura todas las noches. Me llamó la atención, la verdad no se que me impulsó a querer saber que era y sin pensarlo dos veces ya estaba allí.

El bote estaba revuelto, como si alguien hubiera estado buscando algo en ese lugar, no pude comprender que es lo que era, no podía ser un gato, los gatos no tienen tanta fuerza para hacer todo ese laberinto, amenos que hubiera sido un gran gato, talvez algo así como un tigre…pero…no hay tigres en la ciudad y esta no es temporada de circos como para que un felino de esos se haya escapado y haya decidido venir a mi vecindario a darse un banquete con las sobras de comida en la basura y los ratones que allí habitan.
Sentí un gran escalofrío, como una pequeña descarga eléctrica cuando prendí mi linterna y me vi parado en medio de un charco de sangre.
Era aterrador, alumbré a mi alrededor y el lugar parecía un matadero, manchas de sangre por todos lados, no se si de animales o talvez humanas, pero por el grito aterrorizado que oí ya podía suponer de que o de quien era todo ese fluido.
Mi mente se puso en blanco por un momento pero raudamente de me vinieron a la mente muchas ideas, el miedo había erizado mi piel y mi imaginación ya hace mucho que se había disparado. Sabía que cualquier cosa podía pasar si yo aun seguía en ese lugar, una de ellas que me pase lo que le paso a lo que sea que gritó y otra que me echen la culpa a mi de lo que aquí haya ocurrido, ese grito frío no solo lo escuché yo, sino también todos los vecinos y sabia que al igual que yo, en cualquier momento la curiosidad les iba a entrar por los poros y de inmediato iban a correr hacia acá para ver que sucedió, pero era de madrugada y la gente ya esta dormida a estas horas, y así les haya llamado la atención se demorarían mucho en levantarse y ponerse sus batas y sus pantuflas y coger su linterna, y venir hasta aquí y tenia que dejar de imaginar cosas y salir de ese lugar. Pero vi que mis zapatos estaban empapados de sangre y sabía que si corría mis huellas me delatarían ¡Maldición! Porque tuve que quedarme despierto esa noche.
Dicen que algunas veces nos levantamos con e pie izquierdo y todo nos va mal por el resto del día, pero no recuerdo con cual de los dos lo había hecho aquella vez, en si la mientras pensaba como hacer para salir sin levantar sospechas mi mirada se detuvo en la parte mas oscura del callejón ya que algo ahí se había movido.
Alumbre con mi linterna aquel rincón y grande fue la sorpresa que me gané cuando pude observar a primera vista la silueta de un hombre y en sus manos portaba un hacha ensangrentada.
El miedo me invadió otra vez, y otra vez no pude moverme, era un tipo algo flacucho y un poco pálido, se me hizo familiar algo en el cuando se acercó hacia mi, caminaba algo raro, como si sus piernas hubieran estado suj… espera… un momento, era aquel tipo que había pasado corriendo por la acera de enfrente antes de que oyera el grito en este callejón.
Al fin había descubierto quien estaba en este lugar pero aun no de quien era aquel terrorífico grito, el hombre este no decía nada, tan solo me analizaba con sus grandes ojos fijos y con el hacha en sus manos, las mismas ideas que me invadieron se alborotaron al ver que ninguno de los dos movíamos ni un solo músculo, no sabía si arrancar motores e irme corriendo o espera a que me llegue el final, por un momento pensé que era a mi a quien buscaba para cercenarme la cabeza…pero que yo recuerde nunca había visto a ese tipo y ¿Por qué lo haría? Yo nunca hice mal a nadie o algo tan grave para que alguien intente matarme.
De todos modos el estaba parado a unos metros de mi con el arma y yo con miedo y el que no se movía y èl que soltó todo y cayó arrodillado en el piso… ¿se cayó arrodillado en el piso? Así es el tipo se había encogido totalmente. Me entraron muchas dudas ¿Qué hacía este hombre en mi callejón con un hacha? ¿Por qué el hacha tenía sangre? ¿De veras habría cercenado a alguien? Lo miré como se lamentaba y cuando levantó su rostro pude reconocerlo, o eso era lo que me parecía, supongo que los recuerdos aquella vez me sirvieron de algo, recordé que a Mr. Hacha (asi lo llamo porque nunca supe su nombre) lo había visto unas cuantas veces, el vivía en el vecindario de la calle de atrás junto a su perro e increíblemente con unas vacas a las cuales cuidaba desde ya hace muchos años, la gente creía que estaba loco por eso y muchas veces llamaron al alcalde por el problema de sus animales, pero este no pudo hacer nada para desalojarlo…ja …vacas en la ciudad, que irónico suena eso.
Le pregunté que hacia solo en ese lugar (ya no tenia miedo, por alguna razón extraña recuperé la tranquilidad), el no me respondió, tan solo murmuró algo así como: “lo maté”. La piel de nuevo se me puso como de gallina y me dije “estoy con un asesino” (T_T). Pero ¿Qué había matado o a quien? Le hice esa pregunta y me dijo: “A mi mejor amigo”. Se me hizo un nudo en la garganta y quedé frío. ¿Por qué lo hizo?- le volví a preguntar- “No había otra opción estaba enfermo…poseído por el demonio”-me contestó. Me dio mucho que pensar que aquel tipo pudo haber matado a alguien, la verdad no percibía ni el mas mínimo peligro estar a su lado- “Había acabado con una de mis vacas, yo vi mientras se la devoraba, al ver que lo había descubierto saltó sobre mi e intento primero persuadirme, lo noté porque el nunca me había atacado, pero luego sus vi que sus ojos no eran normales, se podía ver la maldad en ellos y saltó sobre mi, pero yo agarré un palo y le di un golpe, el escapó por la valla y dio a parar acá, decidí que tenía que eliminarlo antes que ataque a alguien mas, cogí mi hacha y lo seguí, cuando lo acorralé, se abalanzó sobre mi y me mordió el brazo izquierdo, pegué un gran grito y con el hacha en la otra mano le hice una gran herida en la espalda, me soltó pero aun tenía fuerzas para dar otros saltos, así que le metí un hachazo en el cuello, y luego en el vientre y por ultimo lo desmembré por completo”.
-Me quedé estupefacto con su relato, y le pregunté: ¿y la policía?- no importa, ya lo hice y no hay marcha atrás, el me atacó y yo me defendí, además, no te meten a la cárcel por matar a un perro…”

sábado, 11 de julio de 2009

Gracias por existir.

Son tan solo mis palabras
No se, frases mudas que se pierden en el viento.
Yo quise hablar
Decirle cuanto la quiero
Mas este maldito miedo desnuda a la cobardía
Y yo, me desvanezco ante su mirada.

Que destino este que me condena a quererla aun en silencio
Que pesar mas hondo cuando la tengo cerca y no puedo decir nada,
Hoy, tan solo tengo su sonrisa en mi mente
Fresca sonrisa que solo era para mi durante el otoño.

En Lima todo está gris,
El jirón de la Unión se ilumina y yo pienso en ella a cada instante,
Hoy no la vi,
Tampoco ayer ni ningún día en esta semana
Como poseído por su recuerdo la busco entre tanta gente
La quiero….si que la quiero.

Así se ira este tiempo
Yo en esta cuidad de muertes
Ella, Dios sabe entre que historias bohemias
La veré una vez mas…le diré que la amo.

miércoles, 8 de julio de 2009

Mensajes subliminales

Volveré al cuaderno de siempre
luego será un poema mas
aqui...tan solo para uds.
para Amalia y para la lluvia...
eso es todo.

La Escuela de Atenas

La Escuela de Atenas

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