En la esquina de un cuarto circular: septiembre 2010

Tu silencio me calma
En esta oscura y desordenada ciudad,
Calla y déjame contemplarte niña de triste mirada
Calla para ser feliz…

La Niña de la Lámpara azul

En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.

Ágil y risueña se insinúa
y su llama seductora brilla,
tiembla en su cabello la garúa
de la playa de la maravilla.

Con voz infantil y melodiosa
en fresco aroma de abedul,
habla de una vida milagrosa
la niña de la lámpara azul.

con cálidos ojos de dulzura
y besos de amor matutino,
me ofrece la bella criatura
un mágico y celeste camino.

de encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guia a través de la noche
la niña de la lámpara azul.

◘◘◘Annabel Lee◘◘◘

Fue hace muchos y muchos años,
en un reino junto al mar Turqui,
habitó una señorita a quien puedes conocer
por el nombre de Annabel Lee;
y esta señorita no vivía con otro pensamiento
que amar y ser amada por mí.
Yo era un niño y ella era una niña
en este reino junto al mar Turqui
pero nos amábamos con un amor que era más que amor
—yo y mi Annabel Lee—
con un amor que los ángeles súblimes del Paraíso
nos envidiaban a ella y a mí.
Y esa fue la razón que, hace muchos años,
en este reino junto al mar Turqui,
un viento partió de una oscura nube aquella noche helando a mi Annabel Lee;
así que su noble parentela vinieron
y me la arrebataron,
para silenciarla en una tumba
en este reino junto al mar Turqui.
Lo ángeles, que no eran siquiera medio felices en el Paraíso,
nos cogieron envidia a ella y a mí:
—Sí!, esa fue la razón (como todos los hombres saben)
en este reino junto al mar Turqui)
que el viento salió de una nube, helando
y matando mi Annabel Lee.
Pero nuestro amor era más fuerte que el amor
de aquellos que eran mayores que nosotros
— de muchos más sabios que nosotros—
y ni los ángeles in el Paraíso encima
ni los demonios debajo del mar
separarán jamás mi alma del alma
de la hermosa Annabel Lee:
—Porque la luna no luce sin traérme sueños
de la hermosa Annabel Lee;
ni brilla una estrella sin que vea los ojos brillantes
de la hermosa Annabel Lee;
y así paso la noche acostado al lado
de mi querida, mi querida, mi vida, mi novia,en su sepulcro junto al mar—
en su tumba a orillas del mar Turqui.

Edgar Allan Poe.

::::Idilio Prohibido::::

Que a veces te quiero Que a veces te extraño… es cierto, Pero hay algo…yo siempre te amo. Se que es difícil amarte a la distancia… y mas si quiero hacerlo a cada segundo. Odiándote porque no me amas. Me siento sucia al pensarte, al desearte… Me encantaría ser lo que ella no te puede dar. Quiero morir, y muero desde que no dijiste adiós. Recuerdo… Tus labios, tu aroma, tu piel contra la mía, suave, placentera. Una vez, dos veces…incontables partidas ¿Cuántas veces más te vas a ir? Iría contigo al fin del mundo si así me lo pidieras. Todo es poco para darte. He contado cada beso frustrado, que se conforma con tocar tu mejilla, al acobardarse a pocos centímetros de tus labios. Reviso lo que sucedió y recuerdo, que a tu lado me nublo, Se me van las palabras de las frases coherentes que no me atrevo a decir, me congelo en tus ojos cafés, tan bellos, tan embelesadores. No me expliques por qué te vas, Dime cuando volverás. Déjame un recuerdo….regálame un beso Oh! Dios cuanto envidio los labios de ella, besa los tuyos a su antojo. La complaces… ¿Qué ha hecho ella para merecer tanta beldad? Ya no puedo mas Deje mi alma suelta… Para inmunizarme al dolor, Es una forma de existir sin tenerte conmigo… Amar con locura, asi vale la pena. . . . . . . . . . . . . Claudia Andrea Castro Pedro *Gracias Clau por la colaboración

viernes, 17 de septiembre de 2010

Silencio

La Escuela de Atenas

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