Como cada día, él solía caminar rumbo a la escuela y en las esquinas esperando que el semáforo se pintase de verde se ponía a contemplar somnoliento el cielo que aun su gris conservaba.
Él vivía por ella y vivía porque la tenía a su lado.
Ella tomaba el bus todos los días en el mismo lugar, a la misma hora y con las mismas canciones que besaban su oído. Ella pensaba en la vida, miraba los coches y se llenaba de melancolía.
Él se reía recordándola y murmuraba frases bendecidas por ella, frases purísimas, frases paridas de su corazón. A lo lejos, ella se hostigaba de la rutina y la tentación de escapar acariciaba su mejilla.
Él rompía sus caretas y corría con los ojos aguados, ella se sumergía en el silencio, sublime silencio que la envolvía.
Ambos llegaban a la misma hora, el se secaba los ojos, ella se acomodaba el pelo y tomaban caminos distintos.
Él vivía por ella y ella tan solo vivía.
Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente, a las almas sensibles.
EDGAR ALLAN POE
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La Escuela de Atenas
:::::TERMINOS LEGALES:::::
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons. POR LO TANTO ESTA PROHIBIDA LA COPIA O REPRODUCCION DE LAS OBRAS INTELECTUALES EXPUESTAS EN ESTE BLOG. WWW.no-soy-poeta.blogspot.com es parte de la propiedad intelectual de www.yo-fernxndo.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario