Tuve sueño...aun lo tengo.

Nada escapa del tiempo.
Esta mañana desperté muy temprano, Papá se iba de viaje junto al abuelo y tengo que confesar que los iba a extrañar.

Tres y media de la mañana, el taxi en el frontis y el tedio que aun no me dejaba, maletas llenas, el frío característico de los meses de junio y unos guantes de felpa gris.

Todo fuera del parabrisas pasaba rápidamente en esta ciudad que descansaba de sus problemas, la llovizna empañaba mi visión y dibujaba figuras en el diáfano cristal que me separaba de todo.

Ya eran las seis, el aeropuerto despertaba vivazmente, con gente desesperada en agarrar el primer vuelo y largarse de este país, mas preocupados por eso que por la maldita gripa que agobia a todo el mundo, era yo y todos esos extraños, hasta mis padres lo eran en ese momento, era yo tarareando una canción con un inglés casi masticado (we are broken la, la, la, la…!) y las ganas de regresar a mi cama a dormir.

Siete y cuarenta y cinco mi viejo se había ido, desde hoy empezaba mi libertad por los últimos 5 días, ya el bus se sentía la tranquilidad, maldita sea tenia que ir a estudiar…