Voy uniendo los pedazos de mi corazón
Voy fundiendo las memorias rotas, dolor.
Voy y me dejo llevar por tu risa
Que me arrastra y me vuelvo a perder en ti,
Voy vagando por tu mirada caprichosa que
Juega y se pierde
En lo que queda de mí,
Me estremece y da frío.
Voy por la senda de tu risa
Que cruza la acera de mi mente,
La acera que se desvanece
En mis miles de recuerdos vacíos.
Voy creando preguntas irónicas
En mi cuarto, desierto mortal.
Yo voy,
tu, no te mueves
Yo me desespero, tu sigues igual,
Te busco en el cielo
Tu estas en el mar.
Te escondes en cada sueño olvidado
En el tiempo irreal.
Tu fantasía un sueño primaveral,
Mis pensamientos brisa invernal.
Voy dejando atrás tu rostro que me sigue
Cual sombra fantasmal,
Voy filtrando la vida que fluye
En un río de sal,
Así termino mi existir
En un día normal.
Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente, a las almas sensibles.
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domingo, 25 de enero de 2009
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La Escuela de Atenas
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